Señores y Señoritas! Pasen, adelante, sentadse y escuchad la invitación que hoy vengo a haceros. Resulta ser que a partir de hoy he formado otra de mis múltiples asociaciones desconocidas con fines poco comunes, en este caso se trata de el club de los PHR, del cual soy miembro fundador, y actualmente el único miembro registrado.
¿Qué es el club de los PHR, o para ese caso… que es o quién es un PHR? Un PHR según mis estudios es aquel individuo (hombre o mujer) que tiene una patología grave, poco estudiada y en vías de extinción desgraciadamente, pues es, considero, una de las enfermedades que hacen más disfrutable la vida, y si no más disfrutable, si más intensa.
El individuo enfermo en cuestión no tiene síntomas físicos que lo debiliten sino que la patología radica en la perseverancia de los síntomas, mismos que se reducen a uno solo… el romanticismo (de ahí sus siglas en inglés) PHR = Pathologically Hopeless Romantic.
Ahora bien, qué es un PHR? Es aquel sujeto que no obstante vive en el mundo actual, con todos los problemas que el amor Shakespeareano enfrenta en este mundo actual, pero no se rinde ante la idea de que este mundo está programado para eliminar esa clase de amor y de romanticismo, en el que cada pétalo de una flor es un conjunto de sentimientos y en el que cada segundo de un amante apartado del otro parece un eón.
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Es el sujeto que no obstante está de moda el “perreo” con el Reggaetón, prefiere una canción que hable de amor verdadero y no de “zangolotear el bote”, es el sujeto que escucha una canción y piensa en cómo la misma le aplica a su cariño respecto de alguien más, y es a final de cuentas, el que busca esa situación en la que pueda utilizar la canción tan especial que él (o ella) considera como insuperablemente romántica y que describe todos sus sentimientos, estando, en caso de no haberla encontrado aún, en la constante búsqueda de dicha melodía, o en caso de haberla encontrado, en busca de otra que supere a esta primera.
Quiero aclarar que no se trata únicamente de mi, sino de muchos de ustedes, el problema claro está, en que mientras algunos nos resignamos a aceptar nuestro carácter de PHRs o incluso adquirimos el orgullo de serlo, otros son PHRs “closeteros”, que se niegan a dejar salir ese PHR que llevan dentro, bien por su “imagen” en sociedad, o bien por miedo a ser lastimados, aunque yo creo que en este último caso precisamente no estaríamos ante un PHR closetero, sino ante un falso PHR, porque un verdadero PHR sabe que muy probablemente salga lastimado, pero vale la pena el dolor siempre y cuando viene acompañado de al menos unos instantes de felicidad generada por la liberación de toda esa energía de PHR.
Es así que me despido no sin antes decirles… sean congruentes, y adopten al PHR que llevan dentro, y si no son un/a PHR… consigan uno/a lo más pronto posible pues se encuentran en peligro de extinción!!!
Sin más por el momento les digo… PHRs… unite!!!
--El Príncipe Megalómano—
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